indice


sergio artero ----------------
------------- maría salgado
jo ---
choronzón-----------------
------- rosa sáinz
gonzalo escarpa --------------------
--------- javier flores




"Con las palabras todas las precauciones son pocas; parecen mosquitas muertas, las palabras, no parecen peligrosas, desde luego, vientecillos más bien, ruiditos vocales, ni chicha ni limonada, y fáciles de recoger, en cuanto llegan a través del oído, por el enorme hastío, gris y difuso, del cerebro. No desconfiamos de las palabras y llega la desgracia."

(Louis-Ferdinand Céline, "Viaje al Fin de la Noche")



p o e s í a


-------------------------------------- >8 ----


----------------SOBRE LAS NUBES DE
----------------RAMÓN BUENAVENTURA,
----------------BAJO LOS LÚDICOS ASTROS
----------------DEL OULIPO FRANCÉS:

----------------------------------------- >8 ----


-----------------Me alampa si de súbito,
-----------------sin armamentismo ni pervertimiento,
-----------------la sufijación me patalea las ménades.

------------------
------------------

-----------------Sólo entonces desteja la sílice dispersa
-----------------el podrido restablecimiento de los núcleos,
-----------------su innegable válvula de empapadera.
------------------
------------------

-----------------Y yo que nunca me había premuerto

------------------
-------------------------------------- >8 -----


------------------SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS:


------------------------------------------ >8 ----


(* pulse sobre la imagen para mejor leer)



-------------------------------------- >8 ----


m o n j a s



M O N J A S


[º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º]


---- La beige, que pide el gran libro de las hormigas, porque están comiéndose el huerto del convento. Pero hágame un precio, pide. Se le cae la media en un descuido. En rigor, ella no es de este mundo. En rigor.
---- Las dos azules que conocí en una gasolinera del Chaco. Hacían autostop para llegar barato al cumpleaños de la provincial. Una sudaba por la cara, santamente. La otra gastaba chanclas viejas, toca vieja, manta vieja. Tendría veinte años y familia muy contada. Con confianza le hubiera preguntado. Ella dijo, no, ni hablar de eso.
---- La del bolso grande que espera a que salga el sol o el ómnibus. Es oscura como fondo de cosa, ciruela, muerta. Ya sabe retornar donde no es su casa. ¿Dónde estuvo su casa, por qué se lo preguntaría?
---- La que no es de acá, de este país, me refiero.
---- La negra vieja que aborrece desde su vara de falda. Y querría tocar las líneas. Un sexo poblado. Una mordedura, un humedal.
La que pasó su pubertad en la promesa, ésa sonríe con dulzura invertida.
---- La granate, de mediana edad, contestataria, con cadera floja de trepar barrancas. La que cree en la multiplicación se da golpes contra los cestillos de trigo.
---- El padre que dijo no. El padre que inmoló a su niña. La niña que se escapó.
---- Mi abuela, que era feliz en el mando dorado de una celda. La boca prieta no le habla al lobo, al corpiño prieto no lo dobla un hombre, el alma prieta va disciplinada hacia la tumba. Mi estirpe en el azar a causa de sus votos.
---- Las profesoras de religión, que me hicieron persona o animal sin resto de hedonismo. La pregunta que queríamos hacerles, latente revulsiva, la pregunta del juicio final del cuerpo primero. La pregunta no, ni hablar de eso.
---- La directora del colegio, hecha de una clase meridiana, con el hilo doble, con la hez de un cristo. Te mira te estruja te refila. Formamos las colaboracionistas del mañana, las almas robustas, las mantas, las tercas, las intachables sonrientes, las que no son del mercado, de este mundo, pues.
---- Y yo, maría, hecha música de dios. Y yo, maría, enseñada a templar las cuerdas de mi alma. ¿Qué es el alma?, dígame, ¿no extraña… y no, ni hablar de eso




[º][º][º][º][º][º][º][º][º][º][v][º][º][º][º][º][º][º][º][º][º]



la luz de mis horas


LA LUZ DE MIS HORAS















la confesión de r. pickton



LA CONFESIÓN DE R. PICKTON





La confesión del asesino obsesionado con
alcanzar una cifra de víctimas redonda
Una grabación muestra al granjero canadiense

Robert Pickton presumiendo de perpetrar
50 crímenes para poder cometer otros 25.
El País, 07/02/2007



Le encontré. Sí, sí, yo estaba perdido en el desierto y le encontré o, tal vez, Él me encontró a mí porque en mí distinguió Su Herramienta. ¿De quién hablo, dices? De Él. De ese Él con mayúsculas que decide quién merece ser salvado y quién debe arder en las llamas del Infierno… Empezó a transmitirme Su Mensaje, a decirme las cosas que tenía que hacer para que Su Dominio viniera a este mundo.

La primera vez que actué en Su Nombre fue extraño, como toda cosa nueva. Tuve que improvisar sobre la marcha, porque no fue ni mucho menos como imaginaba que iba a ser. En la realidad todo es más viscoso de cómo uno suele imaginárselo. Pero lo conseguí. Era indispensable conseguirlo en todas las ocasiones, cumplir debidamente con cada una de Sus Órdenes, para que todo quedara completo.

Según fue avanzando el tiempo, fui estableciendo mi rutina, porque es conforme a Él ordenar el mundo y tener una conducta recta. El desorden, el ocio, la vulgaridad… todas esas cosas son Satanás, y hay que luchar contra ellas y erradicarlas de nuestra tierra para que sea pura y Él pueda pisarla en un día cercano.

Así fui una a una, hembra a hembra, como se hace con las alimañas. De la primera a la número cincuenta, en dos mitades de veinticinco, como dos bloques de una construcción que se levanta hacia Su Gracia. Y así seguirá siendo, veinticinco tras veinticinco, hasta cumplir Su Designio.

Y una cosa debo decirte: los hombres no tienen potestad para juzgarme. La débil y mezquina voluntad humana no puede imponerse a Su Voluntad. Por eso saldré ahí y les diré que soy inocente: porque Él me guía y Su Palabra me libra de todo mal y exime mis actos de cualquier culpa o mancha. No hay más tribunal que el Suyo, ni más juez que Su Persona.

Esta es la Misión. Esta es mi Misión. Y si las cosas siguen adelante como es Su Deseo, habré de continuar con el trabajo encomendado, y hacer apostolado para extender el Mensaje que me ha sido revelado. Para que seamos muchos construyendo la venida de Su Reino, limpiando de malas hierbas Su Jardín para que la semilla de la Verdad germine.




t h e w y r m



-- --




la educación sentimental de la mujer española

LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL DE LA MUJER ESPAÑOLA: SIGLOS XVIII-XXI
-
>>> documento completo aquí <<<
-
-
“Las mujeres sólo tienen dos estados que elegir, el de Monjas o Casadas, y aunque hablando en rigor no tienen más los hombres, pero que hay notable diferencia de que un soltero usa de su libertad y no le impide para ninguna carrera; y una soltera es un cero, que comúnmente sirve de embarazo hasta en su misma casa, y para sí es una situación miserable; pues aun cuando se halle en edad en que prudentemente puede valerse de su libertad sin perjuicio, la opinión pública, que es más poderosa que todas las razones, la mira siempre como una persona a quien no le está bien hacer lo que a casadas y a las viudas”
...
-

“Pongamos que ya te has puesto a tono y te has pasado un mes comiendo cosas súper saludables, vigilando los excesos, quemando toxinas (…) pues ha llegado el momento de lucir palmito y hacer que se de la vuelta para mirarte todo bicho viviente (…) porque lo importante en eso del gustar es que ellos, los chicos, sientan admiración por ti y ellas, las otras chicas, envidien tu silueta y tu estilo”. Estos discursos a veces llegan a puntos esquizofrénicos entre la sumisión y la autoafirmación, pues en el mismo artículo se continúa así: “Seas como seas, alta, baja, delgada o rellenita, no tengas ninguna duda, tú puedes conseguirlo porque tú puedes conseguirlo porque tienes encanto y porque eres así de especial”
-

>>> documento completo aquí <<<




p o e s í a v i s u a l




-

-

e s q u i r l a s


E S Q U I R L A S
+
+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +
+
+
+
+
+Y puedo sentir a Dios correr silencioso por la tragedia de mi historia, en la tibieza de lo estático
+
+dormirse hasta la ira.
+
+Y puedo sentir la Historia clavada más alta que la mía en la mirada perdida y perpleja;
+
+por un hermano caído, por la simple vergüenza del desnudo.
+
+Graban las hojas del otoño sus propios nombres en las acequias, los charcos de agua y barro son +los pequeños botones
+
+de otro Universo más esquivo pero que sólo con el miedo se puede tocar.
+
+Con el aura de mil muertos y sus caminos sin regreso: hacia la claridad del final que siempre +desconcierta
+
+a los Hombres. La llama que sobrevive en la Memoria, aún permanece en los labios que esperan
+las horas en tus avenidas;
+
+ciudades, imperios, matices increíbles pero innombrables verdades desaparecidas entre cuerpos +oscuros e indómitos, versadas matrices clavadas como cruces bajo la lluvia esperando el rescate
+
+de algún profeta.
+
+Hacia el súbito percance de la vida que de la nada se entiende.
+
+Te entrego este amor que es vacío hasta en las manos de la Parca.
+
+Libre del rito o de los símbolos caducos, libre como la religión verdadera - patente en los +trascritos
+
+de nuestra genética.
+
+Abiertos sin temor de aquella oscura y secreta víscera desde donde amenaza la ficción de las +imágenes.
+
+Cegando la palidez en los vicios, los de tu pálido rostro que se esfuma más allá del éctasis como
+
+una esfinge;
+
+la de mi sangre que se desencarna tras las albas paredes de mis venas.
+
+
+
+
+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +

 
Creative Commons License
Este trabajo está amparado por una licencia de Creative Commons Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 License.